martes, 21 de junio de 2011

Raphael: El cariño de Linares

El concierto del pasado fin de semana demostró la sintonía que existe entre Raphael y su ciudad natal, Linares. La multitudinaria respuesta evidenció que los vecinos sienten auténtica devoción por un gran artista, verdadero referente de la música española.
Las previsiones auguraban un nuevo éxito de Raphael en la tierra que le vio nacer.
Y así fue. Aproximadamente cinco mil personas se dieron cita en el histórico coso taurino de Santa Margarita, lugar en el que disfrutaron de un artista que entregó lo mejor de sí sobre el escenario, con destellos de sus grandes joyas musicales y de las nuevas canciones de “Te llevo en el corazón”.
Santa Margarita fue testigo, una vez más, de un acontecimiento único. Media plaza de toros bullía de actividad minutos antes de las diez de la noche. Todos los presentes, mayores y no tanto, linarenses e incondicionales que siguen al artista en todas aquellas actuaciones que pueden —los hoteles colgaron, el fin de semana, el cartel de “completo” y las entradas estaban agotadas, lo que daba muestra días antes de la expectación que despierta en su patria chica— buscaban su sitio para disfrutar del concierto de Raphael.
Llegó el momento y el cantante más universal de la ciudad hizo su aparición sobre el escenario, vestido completamente de negro, donde tan solo la corbata marcaba una pequeña nota de color. Las aproximadamente cinco mil personas que se congregaron en las instalaciones se pusieron en pie y se sucedieron las ovaciones en una manifestación de apoyo que dejó paso a la primera pieza de la gala.
A “capella”, al principio, y luego junto a su elenco de músicos, el conocido como Niño de Linares comenzó en su tierra la cita “Te llevo en el corazón”. “Ahora puedo decirlo más alto, pero no más claro/, todo lo que en el mundo yo he amado es una canción/ un teatro y a ti”, entonó. Fue una de sus perlas, que dejó paso a otra no menos conocida, “Mi gran noche”, en la que Raphael hizo partícipe al público, que era el encargado de entonar al unísono su estribillo. Desde ese momento, la complicidad fue la nota predominante. Los ánimos estaban más que caldeados, y durante todo el concierto fueron muchos los instantes en los que, en cada pausa que hacía el artista, la concurrencia se incorporaba al unísono para ofrecerle su calor.
“Queridos paisanos, para mí es una felicidad estar de nuevo aquí, con tanta gente y rodeado de tanto cariño”. Estas fueron las palabras que dedicó a un público que intentaba premiar su buen hacer en cada copla. A tales declaraciones, siguió otro de los clásicos, la canción titulada “Digan lo que digan”. Y a partir de ahí llegó el turno de sus nuevas composiciones, el verdadero hilo conductor de la actuación, a través de los tres grandes géneros de la música latinoamericana y universal: tangos, boleros y rancheras. Otra vez, un curtido Raphael se desenvolvió con soltura sobre el escenario y adoptó los pasos propios y adecuados a cada uno de los temas que interpretaba, e incluso se colocó los sombreros más propicios para cada ocasión. Con un micrófono en la mano en ocasiones y sobre el trípode en otras, se adentró, poco a poco, aun más en el corazón de sus paisanos, rendidos a su arte desde el primer momento.
El resultado de la velada se tradujo en un éxito todavía mayor al que cosechó hace solamente dos años, cuando el mismo espacio acogió la primera de las actuaciones con las que Raphael celebraba sus cincuenta años en el mundo de la música. El sábado, el cantante —que comenzó la gira el pasado mes de febrero en México— deleitará a los millones de “fans” que tiene repartidos por todo el mundo. Los seguidores locales quedaron saciados con la fuerza desplegada por el intérprete en el recinto taurino de Santa Margarita. Después de lo vivido una noche de finales de primavera, en pleno mes de junio, esperan, con ilusión, que su ídolo regrese en un futuro próximo para dar lo mejor de sí.

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