Un viaje musical por varios géneros y éxitos del "divo"
Raphael ofreció un concierto de casi tres horas, anteanoche en la Hacienda Chichí Suárez. El cantante español fue acompañado por una orquesta de jóvenes músicos, con la gira "Te llevó en el corazón", con la que el artista recorre varios países
Con saco blanco, saco negro, sin saco o con chaleco y bajo una luna con un halo de vapor, Rafael, "El Divo de Linares", se presentó anteanoche en la Hacienda Chichí Suárez ante más de dos mil personas que corearon sus canciones.
El cantante apareció a las 9.30 de la noche ante fieles seguidores que no dejaban de admirar su figura y su potente voz que desafía el paso de los años. Él mismo lo gritó luego de media hora de show mientras cantaba "¡Yo soy aquel!". "¡Yo sigo siendo aquel, el mismo, el Rafael de siempre!" arrancando aplausos.
Pero antes deleitó con una serie de tangos mientras en la pantalla colgada en el escenario se proyectaba la imagen fija de una calle de adoquín que bien podría confundirse con la figura de un alien, pero eso a nadie le importaba, la gente sólo quería escuchar.
"La noche", "Mi gran noche", "Digan lo que digan", "La comparsita", "A media luz", "Caminito" y "En esta tarde gris" fueron las primera canciones que cantó sin interrupción.
Y entonces saludó al público: "Después de tanto tiempo, informó que las canciones forman parte del disco 'Te llevo en el corazón' con el que le hago un homenaje a este continente maravilloso". Y calló para entonar "Nostalgias".
Después vino la sorpresa. Presentó una radio de los años 30 cubierta de madera.
"Les juro que no había nacido", dijo con su inconfundible acento andaluz. El cantante encendió la radio y se escuchó la voz de Carlos Gardel cuando presentaba en la RCA de Nueva York el tango "El día que me quieras", y después como no queriendo Raphael interpretó "a dúo" con Gardel "Veinte años". Luego entonó "Hablemos de amor" y "Estuve enamorado".
Siguió con "Desde aquel día", "Yo sigo siendo aquel" y "Maravilloso corazón" a las que calificó como las joyas de la corona porque "el público las ha hecho grandes con el tiempo".
Con saco blanco y cambio de imagen en la pantalla (ahora un farol entre dos edificios) Rafael interpretó "Tres palabras" y "Adoro" con la que puso a cantar a la concurrencia. Siguió "Usted es la culpable" y "Encadenados". Hizo una pausa para decir que cada vez que vista un país la gente le dice: "Aquí sabemos todas sus canciones, pero eso no es cierto, se saben trocitos", y se soltó con "Estar enamorado" la gente cantó, aplaudió y se puso de pie.
Emocionado por las muestras de cariño se atrevió a cantar a capela "Para volver" y la gente otra vez se levantó de sus sillas para aplaudirle. Ese bloque lo cerró con "En carne viva" y "Escándalo" con la cual se quejó del viento que no dejaba de agitar su cabello. "¡Qué viento!, ¿siempre es así?" dijo. La respuesta fue sí; él volteó la cara al cielo y gritó. "¡Párate!, cinco minutos".
Raphael ofreció un concierto de casi tres horas, anteanoche en la Hacienda Chichí Suárez. El cantante español fue acompañado por una orquesta de jóvenes músicos, con la gira "Te llevó en el corazón", con la que el artista recorre varios países
Con saco blanco, saco negro, sin saco o con chaleco y bajo una luna con un halo de vapor, Rafael, "El Divo de Linares", se presentó anteanoche en la Hacienda Chichí Suárez ante más de dos mil personas que corearon sus canciones.
El cantante apareció a las 9.30 de la noche ante fieles seguidores que no dejaban de admirar su figura y su potente voz que desafía el paso de los años. Él mismo lo gritó luego de media hora de show mientras cantaba "¡Yo soy aquel!". "¡Yo sigo siendo aquel, el mismo, el Rafael de siempre!" arrancando aplausos.
Pero antes deleitó con una serie de tangos mientras en la pantalla colgada en el escenario se proyectaba la imagen fija de una calle de adoquín que bien podría confundirse con la figura de un alien, pero eso a nadie le importaba, la gente sólo quería escuchar.
"La noche", "Mi gran noche", "Digan lo que digan", "La comparsita", "A media luz", "Caminito" y "En esta tarde gris" fueron las primera canciones que cantó sin interrupción.
Y entonces saludó al público: "Después de tanto tiempo, informó que las canciones forman parte del disco 'Te llevo en el corazón' con el que le hago un homenaje a este continente maravilloso". Y calló para entonar "Nostalgias".
Después vino la sorpresa. Presentó una radio de los años 30 cubierta de madera.
"Les juro que no había nacido", dijo con su inconfundible acento andaluz. El cantante encendió la radio y se escuchó la voz de Carlos Gardel cuando presentaba en la RCA de Nueva York el tango "El día que me quieras", y después como no queriendo Raphael interpretó "a dúo" con Gardel "Veinte años". Luego entonó "Hablemos de amor" y "Estuve enamorado".
Siguió con "Desde aquel día", "Yo sigo siendo aquel" y "Maravilloso corazón" a las que calificó como las joyas de la corona porque "el público las ha hecho grandes con el tiempo".
Con saco blanco y cambio de imagen en la pantalla (ahora un farol entre dos edificios) Rafael interpretó "Tres palabras" y "Adoro" con la que puso a cantar a la concurrencia. Siguió "Usted es la culpable" y "Encadenados". Hizo una pausa para decir que cada vez que vista un país la gente le dice: "Aquí sabemos todas sus canciones, pero eso no es cierto, se saben trocitos", y se soltó con "Estar enamorado" la gente cantó, aplaudió y se puso de pie.
Emocionado por las muestras de cariño se atrevió a cantar a capela "Para volver" y la gente otra vez se levantó de sus sillas para aplaudirle. Ese bloque lo cerró con "En carne viva" y "Escándalo" con la cual se quejó del viento que no dejaba de agitar su cabello. "¡Qué viento!, ¿siempre es así?" dijo. La respuesta fue sí; él volteó la cara al cielo y gritó. "¡Párate!, cinco minutos".
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