Cinco décadas le han valido para pisar escenarios de todo tamaño y para obtener 325 discos de oro, 48 discos de platino… y uno de uranio
Cinco décadas le han valido para pisar escenarios de todo tamaño y para obtener 325 discos de oro, 48 discos de platino… y uno de uranio (crearon el disco de uranio para quien vendiese más de 50 millones de copias). El primero en lograrlo fue Raphael, con su recopilatorio de 1982 Raphael, ayer, hoy y siempre. Sólo otro artista logró igualarle, fue nada menos que Michael Jackson con Thriller.Han pasado casi 50 años desde que Raphael ganara el Festival Español de la Canción de Benidorm, celebrado en 1962, y la vida sigue igual para el divo de Linares. Hoy, cumplidos los 68, se presenta con el espectáculo Te llevo en el corazón, un recopilatorio de canciones populares de América Latina que reúne tangos, rancheras y boleros, pero donde no faltarán sus canciones de siempre, ni tampoco su peculiar histrionismo dentro y fuera del escenario. Y es que, digan lo que digan, Raphael es único: lanza nuevo disco en noviembre y grabará otro en enero. Raphael es una estrella.
Ahora vuelve a Lorca, ¿qué le parece su público?
A
mí me parece maravilloso. Figúrate, hace 50 años que tenemos esta
relación amorosa, una relación larga que me ha llenado de
satisfacciones. Espero que también el público haya recibido de parte mía
tanto cariño y tanta devoción como ellos me expresan a mí.
Habrá participado ya en otras ocasiones en actos solidarios. Esta vez es por el terremoto. Parece que llega usted con ánimos.
Hombre, es una cosa muy especial. Desde luego, yo saldré a volcarme, a tener y que el público tenga su gran noche.
Va
a ser una gran noche. Manuel Alejandro decía de Raphael que es lo
inesperado, un artista único que resume como nadie la esencia de lo
español con sus virtudes y defectos. Si hubiera que definirlo en una
palabra sería 'el toro' ¿Qué le parece a usted?
(Risas)
Manolo tiene una visión bastante acertada de mi persona, porque me
conoce muy bien, son muchos años, trabajamos mucho juntos… Además, es el
compositor de mis grandes cosas, y lo seguirá siendo hasta el final.
Este
verano, por cierto, Raphael volvió a Benidorm, donde todo empezó, para
recordar que ganó su festival hace 50 años. ¿Cómo lo vivió? ¿Tan
importante fue Benidorm en su vida?
Fue el primer escalón.
En aquella época no había tantos medios de comunicación ni tantos
programas dedicados a la música. Entonces ganar un festival de esa
importancia fue muy importante para mí; sobre todo eso: el primer
escalón de una larguísima escalera que aún seguimos subiendo y subiendo
paso a paso hasta que me vaya de vacaciones. Algún día me tendré que ir
de vacaciones (risas).
¿Cómo recuerda esa primera visita a Benidorm y ese triunfo? Eran otros tiempos, otra forma de entender la música quizá.
Era
otra forma de entender todo, no sólo la música. Otra forma de entender
la profesión, cómo había que sacrificarse para obtener un resultado… Son
cosas que se han olvidado, desgraciadamente. El sentido de la profesión
hay que llevarlo dentro y hay que vivir con él, porque es muy
importante que el público te sienta profesional y sienta que cada vez
estás mejor, que cada vez ven una cosa diferente, siendo la misma
persona, el mismo artista. Eso es muy importante. Son cosas que,
lamentablemente, están un poquito dormidas estos días.
«Nada
es mejor, todo es igual», dice el tango de Discépolo, que no sé si
usted ha grabado también. ¿Sigue siendo aquél, a pesar del tiempo?
Yo
creo que soy un poco mejor, porque he sido el chico listo y he
aprendido muchísimo, me he pasado la vida aprendiendo. Yo soy un eterno
aprendiz de todo y maestro de nada. Creo que soy mejor porque he
aprendido muchísimo.A los toreros a veces les cuesta hablar de otros maestros. ¿A usted qué le ha emocionado?
A mí no me cuesta. Me emocionan muchas cosas. En cuanto a maestros, me emociona muchísimo Serrat, él lo sabe. Me entusiasma Tom Jones, gente que sabe dar la cara de una manera muy especial. Hay muchísima gente que me emociona… Rocío, un valor incalculable en el mundo de la canción.
Ganó
el festival de la canción de Benidorm con canciones como Llevan,
Inmensidad y Tu conciencia, pero se resistió Eurovisión: Yo soy aquél en
Luxemburgo y Hablemos del amor en Viena.
Pero para mí,
visto a larga distancia, fue bastante mejor, porque mi paso fue muy
contundente aunque no ganara ninguno de los dos años, y mi nombre en
Europa sonó muchísimo, y de ahí se pasó a América, y hasta hoy, en el
continente americano y en los países europeos que yo visito anualmente.
Para mí fue mejor que el chico clásico que gana el festival y al año
siguiente ya no es nadie. Por eso, por la falta de profesionalismo que
hablábamos antes. Yo tengo muy buenos recuerdos de Eurovisión también.A pesar de no ganar, fue el mejor puesto alcanzado por España en aquellos tiempos.
Bueno, yo de esas cosas no quería saber nada, porque hay muchos tejemanejes. Yo iba por libre, que es como mejor se va artísticamente.
Uno
de sus primeros sencillos fue Te voy a contar mi vida. Su vida es
inmensa, la ha reflejado en alguna autobiografía. Empezó su carrera como
cantante en el sello discográfico Philips, y para distinguirse adoptó
esa grafía 'ph' del nombre de su compañía y se bautizó como 'Raphael'.
¿Se arrepiente?
Nooo, para nada. Ha sido fantástico para mí.
A nivel fonético, en todas partes del mundo se lee mi nombre con
normalidad. Si hubiera sido con la 'f', en inglés es muda, en alemán
también… Entonces habría sido más complicado, y como yo quería llamarme
sólo por mi nombre de pila, fue un gran acierto poner la 'ph'. Siempre
la 'ph' ha sido positiva (risas).Como el factor, ph positivo. Estuvo también en Hispavox más tarde…
Compró mi contrato Hispavox. Yo he sido un cantante que lo han comprado y vendido todas las casas discográficas. Siempre he sido comprado y vendido como los futbolistas hoy en día, pero tengo buen recuerdo de todas las discográficas donde he tenido la suerte de estar, porque todas hicieron lo que debían hacer en aquel momento y no me exigieron hacer otras cosas que no debería yo hacer nunca.
Hay dos nombres decisivos en su carrera: Waldo de los Ríos y Manuel Alejandro...
Indiscutiblemente,
el primero es Manuel Alejandro, un valor añadido en mi carrera. Es el
músico más importante que yo he conocido. Waldo, porque fue mi primer
pianista, mi primer arreglador. Luego vinieron muchos, como Bebu
Silvetti, César Gentile y, últimamente, Juan Esteban Cuacci. Casualmente
todos son argentinos, todos mis pianistas han sido argentinos, pero yo a
Manolo le debo muchísimo, porque esta manera de hacer, de cantar, estas
canciones se deben a su inspiración y a la voz mía. Fue una mancuerna,
un gemelo maravilloso.
Cinco décadas le han valido para
llenar escenarios de todo tipo, pero de los grandes, para obtener 325
discos de oro, 48 de platino ¡y uno de uranio!, que no sé dónde puede
guardar todo esto...
Está ya casi todo en el museo de
Linares afortunadamente, y lo disfruta la gente de manera gratuita. Yo
me he liberado de todas esas cosas.
Incluido el disco de uranio ¿Es de uranio de verdad, y radiactivo?
Pues no lo sé, pero está entre cristales, no se puede mover (risas).Apenas hay artistas que hayan conseguido un disco de uranio. Creo que actualmente sólo existen 4 (han bajado tanto las ventas que se pasó al diamante hace mucho tiempo); uno es suyo, otro es de Michael Jackson, y no sé si también hay uno de Queen.
Creo que sí.
Es lo más...
Lo más para mí es los que hacen que reciba esos premios: el público. Eso es lo más para mí.
¿Esta es quizás la época más feliz de su trayectoria artística, después de haber vencido incluso un trasplante de hígado?
Indudablemente
estoy empezando a vivir unos años maravillosos, los mejores de mi vida.
Y profesionalmente hablando también. Yo nunca me he encontrado tan
bien, tan fuerte, tan hecho, tan sentirme artista como últimamente, y
afortunadamente mi voz sigue estando ahí, no se ha ido a pasear por ahí.
La verdad es que estoy pasando unos años inolvidables.Su producción tampoco para. Ya publicó Te llevo en el corazón, que es el disco con el que mantiene gira, y está preparando un disco nuevo.
Claro, sale el 29 de noviembre.
¿Qué puede comentar sobre ese nuevo disco?
Todavía nada (risas).
¿Ni siquiera el título?
No
han dado el pistoletazo de salida y no debo comentar nada, pero va a
ser una sorpresa para la gente, y en enero entro a grabar todo lo nuevo
que está haciendo para mí Manuel Alejandro.
¿Qué canciones suyas le definen mejor? ¿Yo sigo siendo aquel digan lo que digan?
No,
hay otras también, como Desde aquel día, Cierro mis ojos, En carne
viva, Qué sabe nadie… Es que yo tengo la inmensa suerte de tener muchas,
muchas, muchas.Su éxito del Tamborilero no ha sido tampoco superado jamás en ese terreno de los villancicos.
Se quedó ahí para la historia. No hay Navidad que no suene, no hay Navidad sin Tamborilero. Todos lo extrañaríamos un poquito.
Ha hecho duetos prácticamente con todo el mundo. ¿Le queda alguien pendiente?
No,
de momento no. Creo que he hecho todos los que tenía que hacer. Estoy
bien servido con los duetos. Ahora me toca dar la cara solo en estos dos
proyectos de discos, y después ya veremos.
Recuerdo el
anuncio del New York Times con Brian Epstein presentando a Raphael, y
también a través de Youtube, en canales nostalgia, su presencia en el
show de Ed Sullivan. ¿Cómo recuerda usted todo eso?
Como yo
sigo yendo a los mismos sitios todos los años (Ed Sullivan ya no existe,
pero programas similares), los recuerdo con mucho cariño, pero no los
extraño, porque en el Madison Square Garden, donde me presentó Brian
Epstein, la última vez que estuve fue el 5 de mayo de este año.
¿Y recuerda el día que subió por primera vez a un escenario?
Sí, tenía 4 años.Bueno, yo me refería ya como Raphael…
Con 'ph'… Sí, también me acuerdo, tenía ya 16.
¿Qué pesa más, la canción o el cantante?
A
mí no me pesa nada de las cosas que tengo a mi alrededor. Yo soy un
hombre que vive afortunadamente contento con lo que hace, y por eso soy
feliz, porque tengo la inmensa suerte de trabajar en aquello que me
gusta.
¿Para qué canta Raphael, por qué canta?
Porque me gusta, me apasiona.
¿Ser Raphael es lo mejor que le ha pasado en la vida?
No, tener mis tres hijos es lo mejor que me ha pasado en la vida.Vamos a tener también navidades con Raphael este año?
Pues no lo sé, ya sabes que en televisión siempre es a última hora todo. De tiempo ando fatal, pero en fin, vamos a ver.
¿Y mañana qué, don Raphael?
¡Pues mañana Lorca! (risas).

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