martes, 15 de febrero de 2011

Raphael concierto inolvidable en Costa Rica 2011

En una noche de nostalgia y amor, el cantante español Raphael deleitó a más no poder a los miles de costarricenses que llenaron el espacio del Gimnasio Nacional.

El músico español, como siempre, salió al escenario vestido con un elegante traje negro. Cautivó al público desde el primer instante.

Fiel a su estilo, de negro de pies a cabeza, salió el cantante a encontrarse con su público. El reloj marcaba las 8:05 p. m., y cuando entró, el público lo ovacionó de pie; ese fue el primero de una larga cosecha de aplausos que obtendría durante esa noche del 14 de febrero.
Sin músicos que lo acompañaran en la tarima, solo con su galante presencia y su pasión por el canto, comenzó a interpretar Ahora, demostrando que las notas de su voz eran suficientes para llenar ese coliseo deportivo.
El español no aguardó mucho para complacer a la concurrencia con esos temas, que ya lo hicieron casi inmortal en la memoria de los amantes de su música. Fue así como llegó La noche, seguida de Mi gran noche; este fue un arreglo intenso, con mucha presencia de la percusión, lo que ayudó a que en los presentes la canción tocara lo más profundo de sus fibras.
Dueño de su gran noche, Raphael se movió por el escenario: ese era su pequeño reino y él era el máximo monarca. Mientras tanto, sus súbditos, extasiados por su interpretación, le aplaudían hasta más no poder.
Digan lo que digan, ese tema que muchas madres y abuelas llevan grabado en su memoria, fue la siguiente de sus canciones. El artista español puso al público a cantar sus temas; juntos se emocionaron e igualmente juntos vivieron un amor por esa música que, lejos de ser pasada de moda, está muy presente en el corazón de muchos de sus seguidores.
Muy buenos. El concierto de ayer prometía ser inolvidable, no solo porque era la oportunidad de ver a este ícono de la música en español, sino porque venía acompañado de una banda que lo ayudaba a lucirse en el escenario.
Para demostrar que el talento de sus músicos era amplio, estos dieron la introducción en solitario a un segmento de tangos. Así se escucharon El bandoneón, El violín, La guitarra, El piano y El contrabajo. De pronto, al final del escenario, con un sombrero de ala ancha, reapareció el invitado principal.
Fue el turno para canciones como La comparsita, A media luz, Caminito, En esta tarde gris y Nostalgia; esta última fue uno de esos temas que no pasó inadvertido, en especial cuando el bandoneón le dio un aire a pasado a la voz del ibérico.
Antes de seguir cantando tangos, el artista explicó que siempre, detrás de cada gran movimiento musical, existe un líder; añadió que Carlos Gardel fue ese líder del tango que muchos años después de su muerte aún sigue vigente.
Como si estuviera en la sala de su casa, Raphael se tomó un tiempo para mostrar una vieja radio, invitó al público a escucharlo y, desde sus altavoces, se escuchó la privilegiada voz del mismo Gardel.
Luego llegaron las notas del tango Volver, y gracias a la tecnología quienes estaban en el Gimnasio Nacional, disfrutaron del español cantando junto con el suramericano. ¡Y cuánto lo disfrutó el público!
Desenvuelto. Luego de ese recorrido por el tango, la balada volvió a ser protagonista de la noche, así fue como interpretó Hablemos del amor.
Ya para esta altura del espectáculo, el cantante se había despojado de su saco y chaleco.
Cuando tú no estas también logró despertar muchos recuerdos entre los cientos de asistentes. Luego también cantaron; “(...) sin Laura, sin su amor”. Entre canción y canción el gimnasio iluminaba, fue así como el intérprete pudo ver que casi ningún lugar quedó vacío en esa noche de regreso a Costa Rica.
“Naturalmente, entre tanta joya (refiriéndose a sus canciones) hay algunas más grandes, otras más pequeñas. Esta canción para mí significa muchísimo, es el gran descubrimiento, la conexión que hay entre Manuel Alejandro (compositor español que consiguió gran éxito trabajando junto a Raphael) y yo”, aseguró el español.
De inmediato cantó Desde aquel día. Una sonrisa enorme lo acompañó canción tras canción, demostrando que él, posiblemente, era quien más estaba disfrutando de ese reencuentro con el público costarricense.
Como si fueran quinceañeras, muchas de las asistentes gritaron entusiasmadas cuando llegó el turno de cantar Yo sigo siendo aquel.
En esa noche de recuerdo, el público se metió desde el comienzo en el ritmo del concierto, aplaudiendo constantemente, cantando a toda voz, y desde luego, aprovecharon para llevarse una foto de recuerdo, capturada desde las cámaras de sus teléfonos celulares.
Cuando llegó Maravilloso corazón, la audiencia disfrutó de un Raphael que, a pesar de los años, conserva sus dones de bailarín y seductor.
A la hora de cierre, el español continuaba durante el escenario interpretando temas como Estar enamorado, Tú me acostumbraste, Usted y Voy, entre muchas otras canciones.

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